Decir arquitecto en Barcelona es evocar en el imaginario popular a Gaudí, a Bofill y a otros tantos genios que han llenado la ciudad mediterránea de un encanto único a través de la construcción. También es evocar a la capital del diseño, a un mágico lugar donde lo soez o vulgar no tiene cabida y donde lo que no resulta imaginativo ni revolucionario cae pronto en el olvido.
Esta presión para todos los que se dedican a la satisfactoria (pero también sacrificada) tarea de la arquitectura, también sirve de estímulo para crear las mejores y más selectas piezas. Pero no toda la labor de un arquitecto por estos lugares se reduce a esta titánica tarea de asemejarse a los genios que ha dado la ciudad condal, también pueden aportar su importante granito de arena con otras tareas como la que un estudio de arquitectura puede proporcionar a aquellos ciudadanos que demandan sus servicios y, quizás no con tanto peso histórico como levantar una Casa Batlló, pero sí con la relevancia de poder crear una sociedad más ecológica, dirimir sobre un conflicto judicial y otros tantos servicios de gran utilidad que puede que desconozcas: desde administrar una licencia de obras hasta conseguir un informe pericial de arquitecto en Barcelona.
Rehabilitar edificios
Un arquitecto barcelonés quizás no pueda levantar un proyecto de la magnificencia del Walden 7, pero sí llevar a cabo algo que a estas alturas resulta igual de importante: conservarlo.
Así, un arquitecto no sólo se encarga de alzar edificios, sino de garantizar que éste o cualquier otro, se mantenga en pie, en perfecto estado y habitable en todo momento.
Certificar su habitabilidad…
Y ¿qué es de un edificio si no se ocupan sus estancias? Tal como acabamos de apuntar, tan importante como alzarlo es garantizar que se puede habitar, para lo que un arquitecto está capacitado para certificarlo mediante la cédula correspondiente (y obligatoria, todo sea dicho de paso).
… o inhabitabilidad
De igual forma que si el edificio no resulta seguro o habitable, debe certificarlo también, así como proporcionar las herramientas que permitan que pueda serlo (mediante una inspección técnica) o los medios legales que blinden a los inquilinos ante posibles responsabilidades civiles y el reclamo de indemnizaciones (mediante el peritaje judicial) si fuera necesario.
Permitir obras…
Y para que no se tenga que llegar al punto de ser necesario un peritaje judicial por una desafortunada intervención, es materia del arquitecto y obligación del inquilino, expedir una licencia que asegure que cualquier obra o intervención en la vivienda o el edificio, no va a producir daños o molestias a ningún otro ciudadano.
Y certificar su eficiencia energética
Ya sea tras las obras, para alquilar, vender o por preocupación ecológica, un arquitecto es el encargado de certificar la eficiencia energética de un edificio o vivienda, de forma que no sólo lo califica, sino que señala los puntos fuertes y los puntos débiles mediante los cuales se produce un mayor o menor gasto energético, ahorrando los inquilinos dinero y beneficiándonos el resto de una ciudad más sostenible y ecológica.